Destruyendo nuestro planeta, sembrando inestabilidad
Entender mejor los crímenes contra la naturaleza para hacerles frente

Los crímenes contra la naturaleza involucran actividades ilegales que explotan y destruyen los recursos naturales, afectando gravemente los ecosistemas, las comunidades y la estabilidad global.
Estos crímenes, a menudo vinculados a redes de crimen organizado, incluyen la tala ilegal, la minería ilegal, el tráfico de vida silvestre, los crímenes relacionados con la pesca ilegal, no declarada y no reglamentada, y la conversión de tierras. La destrucción ambiental causada por estas actividades conduce a un daño ecológico generalizado y a la inestabilidad social.






El crimen organizado prospera con la destrucción de los recursos naturales, alimentando la violencia, la corrupción y el malestar social.
La tala ilegal, la caza furtiva, la minería no regulada y el acaparamiento de tierras no son incidentes aislados; forman parte de redes criminales más amplias que se benefician de la devastación de los ecosistemas.
El daño es irreversible si no se controla.
Al entender estos crímenes y su impacto, podemos tomar medidas para proteger el medio ambiente y las comunidades.






Una amenaza global
Los crímenes contra la naturaleza no son solo problemas ambientales; son una amenaza para la seguridad global. Estas actividades exacerban el cambio climático, agotan los recursos y desestabilizan las comunidades, creando condiciones propicias para más actividades criminales y corrupción. La destrucción de los recursos naturales conduce a conflictos por la tierra, debilita la gobernanza e incluso provoca el asesinato por encargo de defensores del medio ambiente.

Crimen organizado y crímenes contra la naturaleza: Una conexión devastadora
Los crímenes contra la naturaleza están profundamente entrelazados con las redes criminales organizadas que dependen de la corrupción, la violencia y el engaño para explotar recursos naturales. Estas actividades ilegales operan en la intersección de las economías legítimas e ilícitas, financiando otros emprendimientos criminales y amplificando la inestabilidad. Entender esta conexión es clave para desmantelar estas redes.
Más allá de la destrucción ambiental, los crímenes contra la naturaleza tienen consecuencias devastadoras para las poblaciones locales. Amenazan los medios de vida indígenas, fomentan la agitación social y alimentan la violencia. Los defensores ambientales que protegen sus tierras enfrentan riesgos graves, incluidos amenazas, violencia e incluso la muerte.
Qué podemos hacer
La concienciación es el primer paso para combatir los crímenes contra la naturaleza. Infórmate, reconoce las señales y difunde el conocimiento para ayudar a las comunidades a responder a estas amenazas. Denunciar actividades ilegales y apoyar prácticas sostenibles puede proteger el medio ambiente y construir resiliencia.
Más información
Los crímenes contra la naturaleza no son solo delitos ambientales; son una amenaza para la seguridad global. Para combatirlos, primero debemos comprenderlos.
Explora nuestros recursos y descubre cómo los crímenes contra la naturaleza afectan a tu región. Juntos, podemos proteger nuestro planeta y crear comunidades más seguras y resilientes.





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