Desapariciones forzadas
Más que una violación a los derechos humanos


Cientos de miles de personas están desaparecidas como consecuencia de conflictos, desastres ambientales, la trata de personas y el crimen organizado.
Mujeres que viajan a otros países en busca de oportunidades laborales desaparecen sin dejar rastro, convirtiéndose en víctimas de trata.
También desaparecen periodistas, activistas e informantes que se atreven a decir la verdad sobre las elites políticas, asegurando su silencio.
Madres que buscan a sus seres queridos son víctimas de ataques y violencia.
En el Día Internacional de las Víctimas de Desapariciones Forzadas, recordamos a las víctimas de desapariciones relacionadas con el crimen organizado.
Las desapariciones forzadas, entendidas principalmente como un tema de derechos humanos, con frecuencia están relacionadas con el conflicto político o la guerrilla.
Sin embargo, la Organización de las Naciones Unidas las ha calificado como «más que una violación a los derechos humanos en contra de un individuo», y la realidad de los conflictos contemporáneos y el papel de los grupos del crimen organizado en estos entornos no se ajustan claramente a la definición de desapariciones forzadas.
Las desapariciones a cargo del crimen organizado son un problema generalizado. En países de todo el mundo, niños, padres y hermanos desaparecen, dejando atrás un dolor inexplicable y desgarrando el tejido social de las comunidades.
De acuerdo con el Comité de la ONU contra las Desapariciones Forzadas, hacia finales del 2021 más de 95 000 personas estaban registradas como desaparecidas en México, 40 000 de las cuales se sumaron en los últimos cinco años.
Por otra parte, reportes en El Salvador indican que las negociaciones entre el Gobierno y las pandillas para reducir la violencia y las tasas de homicidios han ocasionado un incremento en las desapariciones.
Las desapariciones significan una pena constante para las familias, que no pueden lograr un cierre hasta conocer el destino de sus desaparecidos y son constantemente revictimizadas debido a los vacíos en el marco legal.
La Convención Internacional para la protección de todas las Personas contra las Desapariciones Forzadas define desaparición forzada como el «arresto, detención, secuestro o cualquier otra forma de privación de la libertad efectuada por agentes del Estado o por personas o grupos de personas actuando con la autorización, apoyo o aquiescencia del Estado».
Pero el énfasis en la participación del Estado no permite que se consideren los innumerables mercados criminales en los que las desapariciones ocurren, desde el tráfico ilícito de drogas hasta la trata de personas.
Probar la participación del Estado depende completamente de las normas probatorias, que difieren de un caso a otro, lo que obliga a las víctimas a depender de la voluntad del Estado para investigar una desaparición.
Reconocer que las desapariciones forzadas suceden proporciona a las víctimas mecanismos que les permiten acceder a la justicia sin depender completamente del Estado.
Sin embargo, la impunidad sigue siendo la norma e impulsa el creciente número de desapariciones y encubrimientos.
Es cada vez más urgente que entendamos y atendamos las desapariciones como parte de la normalizada economía política del crimen organizado transnacional y como un fenómeno global que puede afectar a cualquiera, en cualquier lugar.
Compromiso comunitario
La acción comunitaria es esencial para identificar a los desaparecidos y abogar por su búsqueda.
Construir resiliencia comunitaria frente a las desapariciones relacionadas con el crimen organizado es fundamental para el Fondo Resiliencia de Global Initiative. Hemos preguntado a algunos de nuestros beneficiarios cuál es el papel de la sociedad civil en la lucha contra las desapariciones forzadas relacionadas con el crimen organizado.
«La sociedad civil es muy importante en la lucha contra las desapariciones, ya que es la que empuja las iniciativas que muchas veces el Gobierno no quiere atender».
«Las desapariciones no suceden en un vacío, en particular en zonas afectadas por el crimen organizado. La frecuencia de los casos de desaparición, el enclave territorial en el que se llevan a cabo y la identidad de las víctimas son elementos que constituyen fuertes indicios de la acción criminal organizada».
«La sociedad civil es muy importante en lugares como México, donde las autoridades no responden a llamados de auxilio por desaparición de personas. Los mismos familiares son quienes se organizan para emprender búsquedas, generan conocimiento para ayudar a otras familias, hacen propuestas de leyes y sistematizan sus experiencias para que el Gobierno pueda armar protocolos».
«Consideramos que (la desaparición) se trata de un modelo de negocio ilícito que se sostiene gracias a la explotación y mercantilización de los seres humanos, ya sea a través de mano de obra en condiciones de esclavitud, o como mecanismo de control social y territorial».

Desaparecido es un lugar: Paisajes e historias de quienes #TodaviaFaltan
En 2020, el Fondo Resiliencia de Global Initiative lanzó la primera edición de su Fellowship enfocado en desapariciones relacionadas con el crimen organizado con el objetivo de ampliar la discusión sobre el papel de los actores criminales en las desapariciones y apoyar individuos provenientes de comunidades afectadas y cuyo trabajo involucra resiliencia e incidencia.
El Proyecto «Desaparecido es un lugar. Paisajes e historias de quienes #TodaviaFaltan» es una colaboración entre los fellows del Fondo Resiliencia y la periodista mexicana Daniela Rea, ganadora del premio Breach-Valdez de periodismo y derechos humanos.
Desde la perspectiva de un grupo de personas provenientes de diferentes culturas, que hablan diferentes idiomas y que buscan una mayor visibilidad y entendimiento de las desapariciones, el proyecto representa un acercamiento colectivo a las desapariciones relacionadas con el crimen organizado alrededor del mundo.
