ARTE Y RESILIENCIA
El despertar de la conciencia social y el grito de justicia

Las expresiones artísticas y las protestas sociales han surgido como una forma de manifestar las emociones, los pensamientos y los valores de los seres humanos. Las personas buscan reflejar su estado emocional y, en muchos casos, denunciar lo que ocurre en sus vidas y en el contexto social al que pertenecen.
En un entorno global donde el crimen organizado ha aumentado su influencia, especialmente en Latinoamérica, elevando los índices de criminalidad y consolidando redes de corrupción, hacer frente a esta realidad se ha convertido en un acto de valentía y resistencia.
Algunos artistas utilizan su obra como una forma de denuncia social, convirtiéndola en un medio para visibilizar la injusticia y la violencia sistemática. A través de su trabajo, se han convertido en portavoces de las víctimas, luchando por la memoria y la justicia. El arte de protesta hace un llamado urgente a reflexionar sobre la realidad social y política, cuestionando lo convencionalmente aceptado. De esta forma, se consolida como una herramienta vital para resistir y desafiar un sistema que perpetúa la violencia, la impunidad y el miedo.

Un ejemplo de esta función del arte se encuentra en México, donde el muralismo, surgido durante la Revolución mexicana, ha sido una herramienta catalizadora para transmitir mensajes sociales y políticos, narrando historias de lucha y cuestionando las estructuras de poder. En la actualidad, este movimiento artístico sigue utilizándose para denunciar el crimen organizado y la violencia. Recientemente, 70 murales de Ciudad Juárez se convirtieron en escenario de protesta contra los feminicidios, la violencia, el maltrato y otras problemáticas que afectan a los migrantes en la región.
En este esfuerzo participaron más de 100 artistas nacionales e internacionales con el objetivo de visibilizar y confrontar la grave situación social que atraviesa la ciudad. Por otra parte, los llamados «murales de los desaparecidos» en varias ciudades de México han logrado captar la atención internacional, llevando a organismos como las Naciones Unidas a pronunciarse sobre la crisis de desapariciones forzadas en el país, con más de 100 000 desaparecidos.

El arte no solo denuncia, sino que también fomenta la conciencia social y el fortalecimiento comunitario.
Estas manifestaciones artísticas, junto con otras como performances, teatro y música, se convierten en vehículos de resiliencia, creando un espacio donde las voces de las víctimas, los activistas y las comunidades se alzan en protesta contra el control de los grupos criminales y las estructuras de poder que perpetúan la violencia. Pero el arte no solo denuncia, sino que también fomenta la conciencia social y el fortalecimiento comunitario, generando un sentido de pertenencia y transformando el sufrimiento en esperanza, con el fin de superar los efectos devastadores de la criminalidad y exigir cambios en sus realidades.
Mediante estos espacios de creatividad y solidaridad, se generan narrativas que desafían aquellas impuestas por los grupos criminales y las propias autoridades, caracterizadas por la violencia y la impunidad. A través del arte, se busca ofrecer una alternativa de protesta y visibilidad frente al dominio de la violencia: mientras los grupos de crimen organizado recurren a la desaparición forzada, las familias y comunidades utilizan las calles y los muros para darle rostro y nombre a los desaparecidos. Apelan al «no olvido» como una estrategia para mantener viva la memoria y exigir justicia.

«En una ciudad como la nuestra, donde ocurren tantos hechos violentos, uno tras otro, los memoriales vienen a recordarnos que hay casos sin justicia, que hay casos que nosotras como ciudadanía en general podemos haber olvidado, pero que hay familias buscando justicia. El aporte mayor del memorial es el no olvido, y desde ahí pensar en la no repetición».
Estas actividades culturales fortalecen la relación entre personas que, sin conocerse, están unidas por una causa común. Su participación les brinda la oportunidad de expresar lo que viven en sus ciudades y solidarizarse con causas que buscan justicia, compartir experiencias y preocupaciones, y encontrar un lugar seguro donde pueden sentirse apoyados, incluso si no saben a quién acudir. Como menciona Dante Aguilera, ilustrador y activista mexicano, «es una forma de acercamiento un poco más sensible, porque por desgracia la temática es un tema doloroso, y el arte permite poder acercarte al tema de una forma más empática, más amable, más amorosa».
En un complejo entramado social y político en el que la sociedad se ve atrapada por las estructuras de poder de los grupos criminales, el arte emerge como un catalizador de la resiliencia, la conciencia y la unidad. Las intervenciones artísticas no solo visibilizan el problema, sino que también tienen un impacto profundo en las comunidades, permitiéndoles enfrentar su sufrimiento y transformar su realidad mediante la acción colectiva. El arte es una respuesta auténtica y efectiva para cuestionar el control de los grupos criminales y exigir justicia, poniendo en evidencia las luchas por la memoria colectiva y la necesidad de un cambio social y político.


Escrito por Luis Félix
Fotografías proporcionadas por:
Técnicas Rudas
RecuperArte
Sabuesos Guerreras
Narrativas Dignas
Josué Decavele
Warriors Zulu Nation Honduras
Fondo Resiliencia
Descubre por qué la sociedad civil desempeña un papel clave en la prevención y respuesta al crimen organizado, y por qué es fundamental apoyarla y protegerla, en Resilience in Action: civil society’s role in preventing and combating organized crime.